Un nuevo amanecer educativo debería centrarse en el bienestar de los alumnos.

La pérdida de aprendizaje sufrida por los alumnos durante el Covid y la consecuente disminución de la movilidad social podrían ser el legado más duradero de la pandemia. Esa es la conclusión de nuestro estudio publicado hoy.

Por primera vez, profundiza más allá de las medidas académicas estrechas para considerar el daño a las habilidades socioemocionales de los alumnos, cómo se socializan y cooperan con otros y regulan sus emociones. Estas son igual de cruciales que las habilidades cognitivas para determinar qué tan bien les va en sus GCSE.

Nuestra investigación, respaldada por la Fundación Nuffield, involucra datos de miles de alumnos. Predice que menos del 40 por ciento en Inglaterra en 2030 alcanzará una calificación de 5 o más en los GCSE de inglés y matemáticas, menor que el 45.3 por ciento que alcanzó este punto de referencia básico en 2022-23, con los alumnos con recursos insuficientes quedando aún más rezagados.

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La respuesta de Inglaterra a la pandemia se ha inclinado hacia la recuperación académica pura, con insuficiente énfasis en el apoyo extracurricular y el bienestar general. Inglaterra ahora se rezaga detrás de otros países en reconocer que se deben nutrir múltiples talentos humanos en el aula: atributos artísticos, creativos, vocacionales, deportivos, sociales, emocionales, así como académicos.

Los padres en Nueva York pueden analizar un panel completo de criterios al buscar escuelas locales, incluida la seguridad del entorno. Los alumnos en Ámsterdam son encuestados sobre sus niveles de satisfacción con la vida y bienestar mental. En Inglaterra, estamos atrapados con una estricta dieta académica de la era victoriana.

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Abogamos por políticas que ayuden a nivelar el campo de juego educativo. Estas incluyen una garantía de que todos los niños puedan beneficiarse de un currículo más amplio, que incluya artes y deportes. Todas las escuelas deberían publicar medidas de bienestar. Un servicio nacional de tutoría permitiría a los estudiantes universitarios enseñar y orientar a los alumnos en escuelas locales rezagadas en su alfabetización básica y matemáticas. Los ensayos de esto en Exeter muestran que muchos tutores universitarios se sienten atraídos hacia una carrera en la enseñanza, un beneficio en un momento en que enfrentamos una crisis de reclutamiento.

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Me complace trabajar con el nuevo jefe de Ofsted: los inspectores deben dar más crédito a las escuelas que transforman los resultados en contextos desafiantes y reconocer mejor los múltiples logros de los alumnos. Por último, reequilibrar el calendario escolar, con vacaciones de verano más cortas y más descansos en invierno, mejoraría el bienestar de los profesores y alumnos.

La mayoría de estas ideas costarían muy poco y ayudarían a que todos los talentos florezcan en el aula. Fuera de la larga sombra de la pandemia, el próximo gobierno tiene la oportunidad de crear un nuevo amanecer educativo.

El informe, “Una generación en riesgo: Reequilibrando la educación en la era post-pandémica”, fue respaldado por la Fundación Nuffield.

Lee Elliot Major es profesor de movilidad social en la Universidad de Exeter.

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